Solo falta un mes de campaña, es ahora o nunca, después solo superar la resiliencia de la derrota
Columna Politica Por:
TijuanoElFulano
A medida que corre el tiempo de la campaña, los temores, los miedos y la desesperación se asoman entre los candidatos punteros, a la alcaldía de Tijuana: Monserrat Caballero y Jorge Ramos.
Monserrat Caballero, no hace caso a las críticas de no asistir al debate, afirma que va arriba en las encuestas, sin embargo el miedo a debatir, deja ver inseguridad en su persona.
Jorge Ramos por su parte, hace una incesante campaña en redes sociales atrás dejó a los medios tradicionales que no dan cobertura a sus actos de campaña.
La inversión mediática la ha re-direccionado a youtubers, influencers, portales con perfiles falsos que sus asesores le han recomendado y campaña visual en espectaculares, vallas fijas y electrónicas.
Ramos, sabe que su partido de origen el PAN, ya no lo tiene como en otras elecciones, ahora está hecho trizas por las divisiones internas y muchos de los que apostaron con él en otros comicios donde contendió, ya no los tiene de su lado sino en contra.
Para Jorge Ramos, una de sus ventajas es que tiene las agendas de viejos conocidos en otros procesos electorales donde ha participado en campaña y los busca para generar las “sumatorias” que las sabe vender mediáticamente.
Trae un discurso que de pronto no lo sostiene en su principal eje de campaña que es la seguridad y da señales de desesperación cuando casi dice que el presidente AMLO es su amigo. Se le ve en ocasiones titubeante e inseguro de su destino político.
Imposible que los electores inteligentes se dejen engañar porque Jorge Ramos va en alianza con el PRI-PAN y PRD, tres partidos que tienen el rechazo de los ciudadanos, tuvieron tiempo de hacer bien las cosas por el país y ahora carecen de credibilidad.
Monserrat, en contra parte irrumpe en el escenario político con la ola MORENA, no tiene experiencia política, deja su destino a “tiburones” y “rémoras” que manejan su agenda a su antojo y en realidad su peso más importante a su favor es que las siglas de MORENA y la gran aceptación del presidente le favorecen.
La más MORENA de las candidatas del Movimiento de Regeneración Nacional, tiene dificultad para entrar en las clases media y altas de las ciudad, hasta delata un dejo de acomplejamiento, por ser de extracción humilde que no debería serlo.
Ambos candidatos, seguramente tratarán de despertar el ánimo de los electores con acciones proselitistas de impacto en este último mes de campaña, el tiempo no perdona, avanza y cuando menos esperas ya está el día de la elección y lo que no se haga ahora no se podrá hacer después.
No será fácil mover al ejército de votantes que simpatizan con MORENA, eso no los tiene “ni Obama” ni ningún otro partido político. El aprecio que tienen al presidente López Obrador y el ser beneficiarios directos e indirectamente de un programa social federal, difícilmente cambiarán de opinión el día de la elección por otra opción política que venga del PRI, PAN y PRD.
Este proceso electoral, romperá de nuevo los esquemas tradicionales de los partidos políticos, porque el votante de MORENA –increíble- ni siquiera pertenece a este partido, cree en el presidente de México y votar por las siglas guindas, es un refrendo a quien ven como un hombre que está haciendo bien las cosas. AMLO, alcanza evaluaciones de 67 y 70% de aceptación.
Falta un mes de campaña, lo que se haga en estas dos principales semanas, las mediciones reales que se conozcan y no de encuestas “patito” pagadas por los contendientes, orientarán las cargadas hacia un candidato u otro, pero insisto, los indecisos no son muchos, esta campaña no es de estructuras partidistas, es un esquema que se enterró en la elección del 2018 y que aun da para este y si acaso otro proceso más.